jueves, 6 de mayo de 2010

Empezando a perfilar el método


Los que hayan seguido los artículos anteriores pueden hacerse una idea de por dónde van a ir los tiros, así que vamos a entrar en nuestra despensa para ver qué alimentos merecen estar ahí y cuáles debieran evacuarla, a poder ser para no volver a entrar.

No voy a dar una lista de alimentos permitidos, como las que aparecen en otros métodos al uso y la razón es bien simple: es más fácil y rápido tomar conciencia de cuáles son los que no se deben comer para intentar organizar nuestra vida sin ellos.

El primer grupo que hay que evitar son los azúcares en cualquiera de sus presentaciones (azúcar blanquilla, moreno, glass, candy, fructosa...) miel, mielatos (se encuentran en el comercio como "miel de bosque"), melazas -comercializadas como "miel de caña"- y otros productos que sean,de una forma u otra, extractos azucarados. Especial atención hay que prestar a los jarabes o siropes de maíz, que consisten en obtener los almidones presentes en el grano de maíz, hidrolizarlos hasta maltosa y posteriormente a glucosa e isomerizar una parte de esa glucosa a fructosa, con lo que se viene a obtener una disolución fuertemente concentrada de glucosa y fructosa que se emplea en la industria alimentaria como sustitutivo del azúcar (fundamentealmente en el sector de bebidas refrescantes) o para su venta en bidones de 5kg como sucedáneo de la miel.

Bueno, si de lo que se trata es de evitar azúcar y miel, tampoco es tanto, ¿no?. NO. Desgracidamente, la dinámica en la que funciona una buena parte de la industria alimentaria le lleva a incluir este tipo de ingredientes en los alimentos más insospechados. Os podéis encontrar azúcares (como la dextrosa, que es lo mismo que la glucosa), dextrinas, almidones, etc. en algunos jamones serranos (especialmente el "centro de jamón", pero incluso en algunos jamones con hueso), salamis, salchichones, chorizos, morcillas, jamón york, lomo y chuletas de Sajonia... Desgraciadamente, cada vez cuesta más encontrar un embutido que no se permita este tipo de licencias. Así que ya sabéis, hay que leer bien las etiquetas hasta dar con lo que queremos comprar. Luego seguimos.

11 comentarios:

  1. Bueno deseando estoy de de que sigas escribiendo!!
    La verdad esque sí creo saber por donde van los tiros, es que me encanta el tema de la alimentación.
    Y mira que parece fácil no tomar azúcar, pero cuando la tomas un par de días, cómo será de adictiva que te lo acaba pidiendo el propio cuerpo eh? por eso hay que eliminarla del todo de la dieta, yo estoy en ello, y consiguiéndolo por supuesto.
    Elena.

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  2. Enhorabuena por los kilos que has bajado. Yo, por fortuna, no tengo que adelgazar, sino tener cuidado para no hacerlo. Como me salte una toma lo estropeo. En mis buenos tiempos- hablo de los veintipocos- pesaba 46 kilos con 1,71 de estatura y sin anorexia, por supuesto. Ahora peso 61 y me encuentro fenomenal.
    La que anda con los kilos arriba y abajo es mi madre, a la que no la vienes nada bien para su artrosis. De nuevo ha vuelto al endocrino y ya ha perdido 9/10 kilos. Pero ¿y luego? ¿Toda la vida a dieta? ¿O es cierto que el organismo posee memoria de esos kilos y cuando "recuerda" que ya pesa menos el problema es menor?

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  3. PARA ELENAGP79. Lo que tú comentas aparece en la literatura sobre el particular, esa especie de adicción, o mejor dicho, adicción con todas las letras, que algunos alimentos y, en concreto estos, producen. Yo de hecho le recomiendo a la gente que empieza el método que se "desenganche" con un corte brusco y no con medias tintas.

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  4. Cuando hago la compra parezco la loca de las etiquetas mirando las proteínas, las grasas trans y los azúcares. Lo que me fastidia especialmente es que algunas marcas metan en los azúcares complejos a los almidones cuando tienen el mismo efecto que los azúcares simples.

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  5. PARA LAIA. Paradójicamente, los que estamos en este método tampoco podemos saltarnos una comida, ya que lo que hacemos es engañar al cuerpo en relación con lo de almacenar/gastar y, en definitiva eso es lo que está en la base de este tipo de dietas. Celebro, por otra parte, que tu condición metabólica haga que seas poco propensa a la gordura. No obstante, te invito a considerar otros beneficios de la dieta -que no te va a hacer adelgazar indefinidamente- como son su efecto antiinflamatorio, anticancerígeno, anti-ovario-poliquístico, y, sobre todo, por lo que mejora el perfil lipidémico (colesterol y triglicéridos). Respecto a lo que me dices de tu madre, es una copla que me suena y demasiado. Supongo que el endocrino le habrá puesto una dieta con muchas restricciones, sobre todo en la cantidad y en las calorías, lo que hará que la mujer esté pasándolo mal. Aunque estuviera toda la vida a dieta, volvería a engordar, ya que el cuerpo se adapta a la nueva situación -que para él es de emergencia- y lo que hace es restingir el gasto energético, con lo que esa dieta, a la larga, le hará dejar de perder peso e incluso ganarlo. Por ello, y por el carácter inflamatorio de la artrosis, le sugiero que siga una de estas dietas restringidas en glúcidos, con lo que podrá comer, comerá mejor, tendrá más energía y disminuirá su nivel de Proteína-C reactiva, uno de los heraldos de la inflamación. Saludos.

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  6. Estoy de acuerdo con que el azúcar crea adicción, la primera vez que lo leí fue en el libro que ya te comenté "la antidieta", que es el pilar de mi alimentación. Fue hace años, y dejé de tomarla y mucho mejor, de verdad. Hace poco volví, y que error.... así que como bien has dicho, la merjor forma es cortar radicalmente, sin medias tintas, a pesar de lo difícil que te lo ponen....
    Elena.

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  7. PARA ANGIE. Por lo que llevamos comentado aquí como por lo que he leído en tu blog (lo de la falsabilidad es lo mejor que se puede decir) parece que somos almas gemelas. Efectivamente, hay que leerse las etiquetas y, es cierto, los almidones, aunque estructuralmente son polisacáridos (y por tanto, complejos) suelen tener un comportamiento tan malo como el peor de los azúcares simples, aunque con una salvedad que aprovehco para insertar aquí:
    almidón lleva la patata, el trigo, pero también las legumbres. El problema es que el almidón de patata y de cereal es fundamentalmente amilopectina, que no es recomendable; sin embargo, las legumbres, que desde el punto de vista de la fisiología de la propia planta son también depósitos de almidón, resulta que tienen como dominante la amilosa, que irrumpe mucho más lentamente en torrente circulatorio y por tanto es aceptable en este tipo de dietas, ya que no provoca los indeseables efectos de los bruscos aumentos de glucosa e insulina en sangre.

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  8. No sabía las diferencias en digestibilidad de amilosa y amilopectina pero tiene sentido bioquímico (todo encaja).
    Por otro lado, no sólo depende la naturaleza del almidón en sí, también afecta mucho el procesado, que digiere el almidón por nosotros. Por ejemplo el calor al que someten al arroz. Convierten un alimento con glúcidos de digestión lenta en una fuente de glucosa...

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. PARA ANGIE: Efectivamente, me he centrado en la química o bioquímica de los almidones y me he olvidado de la tecnología. Como en tantas otras ocasiones, el procesamiento actual más difundido en la industria tiende a digerir el alimento por nosotros, haciendo que los índices glicémicos sean mayores que en el alimento nativo sin procesar. Si hubiera que decidir entre unas patatas recien troceadas y fritas y un puré prefabricado o incluso casero, siempre las primeras.

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  11. Para ROXY: Perdona, pero si es por mí yo no he eliminado entrada alguna, ya que no censuro a nadie. No sé si la has eliminado tú misma o si es un fallo del sistema.

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