martes, 16 de noviembre de 2010

A vueltas con los comentarios

Antes de tratar el tema de hoy, os quisiera hacer algunas consideraciones en relación con los comentarios.

La primera hace referencia a la cantidad y es simplemente una observación: después de entradas con setenta y tantas intervenciones, la verdad es que se me hace raro volver de nuevo a menos de diez. O bien los temas que estoy trayendo (muy espaciados, lo reconozco) son menos interesantes, o es que estáis tan mal de tiempo como yo.

La segunda, y más importante, es que os ruego dejéis los comentarios en la última entrada aparecida, aunque hagan referencia a otra entrada anterior. Lo digo porque, habitualmente, las personas que siguen el blog tienen acceso a las últimas entradas -salvo que busquen a propósito- y, si no insertáis el comentario en ellas, no podrán leerlo. Ese no es mi caso, ya que, como editor, se me notifica que hay aportaciones nuevas y se me pide autorización para hacerlas públicas (que siempre doy, diga el comentario lo que diga).

Este ha sido el caso de un Anónimo que refiere esteatosis hepática grado II y que pide consejos para solucionarla, excusándose de que no puede tomar mucha fruta por su ritmo de vida, que ha dejado de desayunar y que lo suple por un zumo de pomelo.

Lo que yo le respondería es que lo veo muy desorientado y que puede estar haciendo lo contrario de lo que le interesa para corregir esta enfermedad (probablemente haya sido orientado así por algún "facultativo").

Le aconsejo ser muy restrictivo (si no eliminarla por completo) con la fruta; los zumos de fruta están absolutamente prohibidos: si quiere, tome una o dos piezas diarias de fruta íntegra, no más. El resto de productos frescos, que sean lechugas, tomates, pimientos, cebollas, etc. Igualmente debe controlar la insulina a base de no consumir glúcidos (harinas, azúcar, pasta, patatas, cereales, etc). Aliméntese a base de proteínas y grasas (sí, he dicho grasas: la ingesta de grasa no es lo que provoca el hígado graso, sino el anormal funcionamiento de la insulina). Le recomiendo las legumbres en todas sus formas y preparadas del modo tradicional (con sus embutidos, etc.). Haga tres comidas por lo menos cada día separadas no más de seis  horas (salvo durante la noche, claro). Respecto al ejercicio físico, es bueno realizar un ejercicio moderado (media hora en bici, por ejemplo) de la forma más regular posible.

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