martes, 13 de marzo de 2012

¿Conseguiremos dar con la clave?

Para los que hayan leído los interesantes comentarios de Jesús a la entrada anterior, decirles que aquí viene la respuesta. Para los que no, rogarles que abandonen ahora mismo la lectura de este post y lean los textos que Jesús ha mandado.

Así que, Jesús, ahora te hablo a ti:

Por lo que afirmas de los Kitavas y los boniatos, precisamente estos tubérculos tienen un (paradójico) bajo índice glucémico, pese a que el hecho de se una patata y encima dulce nos invite a pensar lo contrario.

De lo que dices que las dietas de bajo índice glucémico han sido rebatidas científicamente, no estoy de acuerdo: probablemente, en esto también, haya artículos en todos los sentidos.

Ahora bien, el núcleo de tu discurso está (y en esto coincido contigo) en que hay algo que se nos escapa y que ese algo puede guardar estrecha relación con el creciente procesamiento industrial del alimento. ¡Pero si esa es una de las bases sobre las que se asienta la hipótesis glucémico-insulinémica!

En efecto, más allá que el perfil insulinémico que pueda tener un producto como la miel, la mayor parte de los productos "peligrosos" para este planteamiento se dan, precisamente, en aquellos que han sufrido una más intensa transformación industrial.

Y esa transformación, como bien dices, suele ir de la mano de glutamatos e inosinatos como potenciadores del sabor, siropes de fructosa como edulcorante más barato que el azúcar (ya industrial de por sí, y ya sustitutivo del producto natural que es la miel), aceites de semillas como fuente de grasas a bajo precio y soja, igualmente, como suministrador barato de proteína. A todo ello hay que sumarle la eterna tentación de la facilidad, que suele saldarse con una transformación de la estructura del alimento: zumos ya dispuestos -o preparados sustitutivos del zumo- en lugar de la pieza de fruta, purés y otras elaboraciones de la patata en lugar del tubérculo, etc.

En definitiva, tenemos un producto, que, bajo diversas apariencias, viene muy bien para alimentar a "las masas": glúcidos, lípidos y proteínas baratos, aderezados con potenciadores del sabor ad hoc: un cóctel explosivo. Y todo fácil: fácil de comer, fácil de comprar, fácil de preparar, fácil de digerir.

No es por tanto de extrañar que esas poblaciones, ya por selección económica, ya por selección sociocultural, que se ven abocadas al consumo masivo de este tipo de productos sean las que están padeciendo de una forma extraordinaria el azote de esta plaga.

El joven y rompedor economista indio Raj Patel ha afirmado que "los ricos se enriquecen engordando a los pobres", muy en la línea de estos comentarios que nos estamos cruzando.

Desde un punto de vista económico, me he planteado alguna vez si la acción de estas compañías podría incluirse bajo el epígrafe de “externalidades negativas”. Para los menos versados en Economía, explicar que una externalidad negativa es una consecuencia indeseable que no participantes en un mercado sufren por un mal funcionamiento del mismo. Así, una fábrica de mesas que vierte sus desechos al río está afectando a personas que ni compran ni venden mesas, pero que padecen la polución ocasionada. Más allá del hecho moral, que alguien que no participa en el negocio se vea perjudicado por alguno de sus efectos, la externalidad supone, en la línea que apuntas, una “intoxicación” del mercado que hace que los compradores premien al vicioso en lugar de al virtuoso. En el caso de las mesas, una fábrica que monte los mismos muebles que la anterior, pero que se preocupe por depurar sus residuos en lugar de abandonarlos, experimentará un mayor coste; cuando el comprador llegue al comercio, verá dos mesas iguales, pero a distinto precio:  la contaminante será más barata; la producida escrupulosamente aparecerá, por contra, como más cara. Indefectiblemente, el consumidor comprará la más barata –ya que el producto final es el mismo- y premiará al “malo”.

Con los alimentos puede  pasar algo parecido. Independientemente del efecto que causan en el consumidor, irrogan al sistema sanitario unos gastos elevadísimos. Como el juicio normal va a llevar al consumidor  a elegir el alimento no conveniente, por su palatabilidad fácil o primaria, por su cómoda presentación, su atractivo envase y su competitivo precio, estos alimentos desplazan cada vez más en las cestas de la compra a las lentejas y las cebolletas, tan poco atractivas y que requieren de “tanto” esfuerzo hasta llegar a ser comestibles.

¿Solución que tiene esto? Pues como en otros casos de externalidades negativas, tal vez haya que plantearse un impuesto pigoviano que desincentive el consumo de estos productos y, por tanto, invite al productor a seleccionar carnes en lugar de sojas, azúcar o miel en lugar de siropes y aceite de oliva en lugar de girasol. Ahora bien, ¿habría suficientes recursos de esta calidad a unos precios “razonables”?

Probablemente, mucho gestor, tanto público como privado, se escandalizaría de la propuesta. No comparto contigo el enfoque que parece subyacer a tu exposición de que lo público es desinteresado y beatífico, contra el interés material (y añado yo, cortoplacista) de lo privado. En muchos países, por ejemplo los USA, han sido las autoridades públicas las primeras en llevar a la población por este camino. Pero no solo los estadounidenses cuecen este tipo de habas: no es tan difícil hacer que un político trabaje para una industria, ya que basta con ponerle un sueldo, como mucho; a veces ni eso. Ahí tienes "defensores de lo público" en la OMS y en las administraciones, española entre otras, ejecutando campañas de márketing y comprando con dinero público a precio de oro (de oportunidad perentoria, claro) millones de vacunas de la gripe de la moda.

Bueno, no sé si nos hemos metido en bastantes charcos como para cerrar el post. Quedo a la espera...

20 comentarios:

  1. Respuesta. Parte 1. Hola, estoy de acuerdo con lo que dices. Muchos de los blogueros de la esfera paelo o simpatizantes del movimiento se centran en el tema de la alimentación y la suplementación (vitaminas, etc.) sin abordar lo realmente importante. Hay un elefante en la habitación y nadie lo ve: es la industria. Yo puedo estar o no de acuerdo en que los lácteos son mejores o peores, o los cereales con gluten, o las legumbres, o las frutas y la miel que tienen fructosa (tan controvertida), o los alimentos con alto índice glucémico, o las grasas saturadas... Todo eso son minucias, minucias. Vamos a ver, pongamos ejemplos: supongamos que el pan no es malo, ni el gluten, y yo consigo demostrarlo (aunque no tengo ningún interés en ello). Como hoy en día es casi imposible comprar pan (trigo y agua y NADA más; pan crecido con masa madre, no con levadura industrial, sin emulgentes, sin harina de soja, etc.), como es imposible comprar pan, decía, pues se acabó el problema: no lo comemos. No nos venden pan, lo que venden es otra cosa, ¿para que pagar gato por liebre? Ni siquiera nos venden harina, la han tratado ya (blanqueado, etc.). Tenemos una sociedad cuyo almidón de base es el trigo (todas las sociedades tienen un hidrato de base, un almidón, una fuente de energía). Nosotros usamos el trigo como fuente principal de energía (también el azúcar, pero hablemos del trigo). Hoy en día al trigo es imposible acceder sin procesar por la industria. Resultado: las enfermedades occidentales.

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  2. Parte 2. Mira el caso chino: si el almidón de base es el arroz (aunque sea refinado no va tan tratado ni por asomo), si el almidón de base de una sociedad es el arroz, se evitan una abrumadora cantidad de enfermedades (The China Study). No conozco donuts de arroz, por poner un ejemplo. Lo mismo pasa con las sociedades donde la base son tubérculos (Polinesia); son mucho más sanas. Y quizá no sea el trigo el malo del asunto, sino la industria. Aunque a mí no me importa nada culpar al trigo si es de verdad el villano. Y lo mismo pasa con los lácteos o con las grasas. Lo de las grasas está más que demostrado que, si son naturales, son beneficiosas (yemas de huevo, matequillas, etc.). Era todo mentira, efectivamente. Ahora bien, hay polémica entre los peleos con los lácteos o las legumbres, también con las frutas. Son cosas sin importancia (relativamente hablando). ¿Antes de dejar de tomar lácteos por temor a enfermedades autoinmunes, o dejar de tomar legumbres por sus antinutrientes y su toxicidad, o dejar de tomar frutas por su fructosa, no habría que dejar de comprar el bacon y las salchichas Frankfurt industriales que tanto gustan a los seguidores de la esfera paleo y que van cargadas de nitratos o nitritos? ¿No habría que dejar de tomar alimentos enlatados por el BPA o como se llame que llevan? En fin, creo que todo es cuestión de ir acercándose a lo ideal sin radicalismos.

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  3. Parte 3. Final... No creo que a nadie le mate la fruta ecológica (aunque se hinche a comer), o los lácteos, o las legumbres. Durante millones de años nos hemos atiborrado a dátiles al cruzarnos con una palmera (de cuando en cuando). O nos hemos atiborrado a miel al cruzarnos con una colmena (las tribus de África alejan a las abejas con humo de matojos, así de fácil). Durante miles de años nos hemos atiborrado a grasa (cuando cazábamos un animal gordo: ¿quién fue uno de los culpables de la extinción de los mamuts?). Durante miles de años hemos tomado lácteos, generalmente en forma de quesos o yogures. O hemos comido legumbres remojadas la noche anterior y bien hervidas. Todo consiste en no atiborrarse todos los días a miel, por ejemplo, cosa estúpida por otra parte. No hay que abusar de nada. Comer con cerebro. Pero los alimentos naturales (tengan o no un alto índice glucémico) no son los causantes de esta ola de enfermedades. Es un tiro equivocado. El elefante es la industria. Desde que aparece la industria de la alimentación en Occidente se disparan los cánceres, la diabetes, la obesidad, etc. Mi consejo: hay que comprar sólo alimentos que uno pueda procesar en casa. Quien quiera pan o galletas o bollería, que plante o compre trigo ecológico en grano, que lo muela, que lo fermente, etc. Sólo con eso ya se ha quitado de en medio toda la bollería industrial, las galletas, el pan, las pizzas, etc. se ha quitado de encima más del 50% de los hidratos de carbono que nos están matando. Si hacemos todo eso veríamos que los donuts no le salen nada buenos y veríamos realmente lo industriales que son. Así que yo creo que sólo podemos salvar vidas informando a la gente. El resto que propones (tasas, etc.) es ciencia ficción a día de hoy. No esperes que un gobierno occidental pueda hacer eso. Un saludo.

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    1. Bueno, bueno, esto está hoy que echa humo. Muy de acuerdo contigo, especialmente en lo de los gobiernos occidentales (yo agregaría a los orientales, los meridionales y los septentrionales). Desde luego, si hay que hacer que la gente consiga un trigo decente y haga todo el proceso en casa hasta conseguir un "donut",no vuelven a tomar almidón en su vida. No tengo claro que el trigo sea el culpable exclusivo; los trigos muy seleccionados, con gran carga de amilopectina plantean más problemas que los antiguos, pero, desde luego, si tenemos que procesarlo en casa, casi que va a dar lo mismo: ya no es fácil, ni rápido, ni cómodo. Ya no es comida basura. Un abrazo.

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  4. Buenas tardes:

    Me ha gustado mucho estas últimas entradas y me gustaría hacer las siguientes reflexiones:

    Estoy de acuerdo que la industria alimentaria genera muchísimos intereses económicos y por tanto hay mucho desalmado por ahí suelto que lo único que le ocupa y preocupa es GANAR DINERO a costa de lo que sea.

    Por otro lado, no creo que sea justo demonizar a la industria alimentaria de todos los males de la obesidad creciente en el planeta, ya que, en mi modesta opinión, influye más los hábitos sedentarios que se genera en las culturas más occidentales o países que se van incorporando al carro del "desarrollo" que los propios alimentos que se consumen. De todas formas, también pienso y coincido con el doctor y Jesús que los alimentos cuantos más procesos industriales "sufren" son "más insalubres".

    Por último, me despido diciendo que "en el término medio está la virtud".

    Con esto quiero decir que no hay una verdad absoluta, y que los extremismos son perniciosos siempre y siempre hay que considerar varios aspectos que explican las cosas ya que normalmente no sólo hay un aspecto intervinisndo sino muchos.

    Saludos.

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  5. Hola, GranKan, gracias por hacerme doctor pero no lo soy. Me quedo en licenciado, y no de medicina. Respecto a lo que dices del sedentarismo, ojalá fuera cierto. Es falso. Cada vez hacemos más deporte y más actividades físicas de todo tipo, al menos según las estadísticas que he consultado en USA y España. Las de USA las tienes en el blog de Stephan (Whole Helath Source; si las quieres, te puedo dar el enlace). Las de España, yo las he sacado de las Estadísticas Sanitarias de España (1991-2000) que hay en la web del Ministerio de Sanidad: de un 54% de personas sedentarias en 1993 se pasó a un 46% en 1997 y va en descenso. Es decir, cada vez hay menos sedentarios y cada vez hay menos obesos. Curiosa paradoja. Conclusión: el sedentarismo no es la causa. Yo también lo pensé al principio, pero hay que apuntar a otro lado. Además, los estudios de Staffan Lindeberg con los "Kitavanos" demuestran que son una sociedad casi sedentaria y que no tienen enfermedades occidentales. Yo considero demostrada la falsedad de esa hipótesis. Escucho nuevas propuestas. Me encantaría que alguien me rebatiera con datos mis ideas. Según mis "estudios" (perdonad por llamarlo "estudios", pero no sé cómo llamarlo), el crecimiento exponencial de la obesidad y las enfermedades occidentales coincide exactamente con el boom de la comida preparada, la ampliación del consumo de aceites vegetales procedentes de semilla y del jarabe alto en fructosa procedente del maíz ("HFCS" creo que lo llaman los americanos). Me interesa mucho el tema y estoy abierto a nuevas propuestas o ideas sobre los causantes de esta ola de enfermedades, incluso a alguien que (con datos en la mano) tire abajo mis ideas (sería genial enterarme de que los donuts y la coca cola son saludables, podría volverlos a comer!!). Un abrazo.

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    1. Puntualizaciones: quise decir: "cada vez hay menos sedentarios y cada vez hay MÁS obesos". Y lo de doctor lo malinterpreté yo, je, je. Un saludo.

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  6. Hola de nuevo. Yo también quiero opinar de lo del sedentarismo y, como siempre, es una opinión personal.

    Si la epidemia de obesidad es aterradora, la de mantenerse-en-forma-para-quemar-calorías es patética. Me refiero a los gimnasios, que me dan grima, a los "paseos del colesterol" repartidos por toda España (siempre hay algún médico que los recomienda) y a esa gente que corre sufriendo no sabemos en pos de qué.

    No estoy contra el ejercicio físico ni contra el deporte; yo he practicado varios y no podemos decir que poco exigentes físicamente, pero eran otros momentos. Me parece bien que aquellas personas que disfrutan con una actividad deportiva la practiquen, pero no es eso lo que critico: mis dardos se dirigen a los que manifiestamente no están disfrutando con lo que hacen, pero que siguen ahí porque alguien les ha convencido de que de esa manera lograrán adelgazar, corregir la dislipidemia, etc.

    Evidentemente el término "sedentarismo" incorpora matices negativos. Por supuesto que hay que mantener el aparato locomotor con el nivel de actividad propio para el que existe. Pero de eso a machacarse en esos templos del horror que son los gimnasios ("indoor", claro), va un trecho.

    En este caso creo que voy a estar más cerca de Jesús que de mi amigo GranKan: la epidemia de obesidad y otras lindezas se está imponiendo a la par que una creciente obsesión por la actividad física.

    Y otro día, si queréis, hablamos de la nutrición que va pareja a esas visitas a los gimnasios: es pavorosa.

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  7. PARA HELENA:

    Este comentario es respuesta a uno que Helena ha dejado en un post anterior y en el que se preguntaba si, al incorporar más grasas en la dieta y abandonar los glúcidos, podría ganar algo de peso en un principio.

    Con mi experiencia personal no fue así; otras personas sí han experimentado un leve incremento, pero pronto entraron por el buen camino.

    Lo que cabe esperar es lo siguiente: recién cortados los glúcidos lo más en seco que se pueda, se asiste a una pérdida intensa de agua. Los glúcidos nos hacen retener mucho. Eso conlleva una pérdida de peso y volumen, así como una normalización de la presión sanguínea en hipertensos.

    A continuación hay unas tres semanas de parón absoluto: no pasa nada. Al mes o así de haber empezado, empieza la movilización de los depósitos lipídicos y, por tanto, el verdadero adelgazamiento.

    Ánimo y ya nos cuentas. Un saludo.

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  8. PARA HELENA DE NUEVO:

    Hola otra vez. Veo que estás repasando posts antiguos y comentando sobre ellos. Aunque hay libertad completa para hacerlo, suelo recomendar a los lectores que sus comentarios se inserten en el último artículo, aunque hagan referencia a un post anterior. El motivo es que así son más accesibles para todos, ya que lo normal no es bucear en temas pasados. En cualquier caso, ubica tus comentarios donde mejor creas.

    Entrando en el fondo, creo que con lo del alcohol no nos vamos a poner de acuerdo. El alcohol no impide el adelgazamiento porque tenga azúcar: las bebidas alcohólicas tienen azúcar si se les añade (o, en algunos casos, sobre todo en las que provienen directamente de una fermentación y no han sido destiladas, si les queda como residuo de cuando eran un zumo azucarado o mosto).

    Como ya expliqué en el post al cual supongo te refieres, cuando el cuerpo metaboliza el alcohol obtiene poder reductor en forma de nicotín-adenín-dinucleótido reducido. Como quiera que el primer paso de la gluconeogénesis es la regresión del lactato al piruvato, que deja este compuesto como producto, por pura cinetoquímica, si añadimos producto a una reacción, la estamos parando.

    Mentiría si digo que lo siento, porque es todo lo contrario. Me gustan las ciencias, desde la lógica y los fundamentos de la matemática hasta la bioquímica y la genética, pasando por toda la matemática, la física, la química y las partes reseñadas de la biología. Es por ello que de vez en cuando largo un "tochillo" como el anterior. Una de las motivaciones de este blog es convencer a la gente que existen las causas racionales y que hay que buscarlas: sobre algunas tenemos ya un conocimiento prácticamente completo; en otras, por contra, estamos muy verdes.

    Por lo que dices de que el alcohol para la cetosis, tampoco estoy de acuerdo. Al parar la gluconeogénesis, pudiera ser que provocara una cetosis como último recurso. Yo no soy de los que buscan desesperadamente la cetosis como herramienta para adelgazar, porque ya dije -y vuelve a ser una opinión personal- que la considero una solución a una emergencia fisiológica y no me parece prudente hacer de la excepción hábito.

    Si sigues comentando, que me parece que sí, te sigo respondiendo. Un abrazo.

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    1. hola!!
      sobre el tema de grasas y peso, puedo contar mi experiencia. Estuve años sin comprar embutidos y mantequilla (que me encanta) por el tema del peso. Un día me lancé a comprar mantequilla y tomarla generosamente en el desayuno y por la tarde. Por aquel entonces estaba estudiando, y nos mandaron hacer un trabajo sobre nuestra dieta. Mi profe de nutrición me dijo que mi dieta tenia demasiada grasa, pero mi peso era.... 2 kilos por debajo de lo que peso siempre. Algo me hizo sospechar que las grasas no son tan malas, pero no tenia ningún fundamento que lo confirmara, solo mi intuición (hablo de hace 10 años).
      En todo este tiempo, acabé la carrera, entendí porque narices la mantequilla no me engordó, y sigo comiendo mantequilla y grasas moderando los glúcidos. He tenido hijos, soy 10 años más vieja, y sigo delgada. Nunca más me he cortado de comer una buena panceta a la brasa por no engordar!!!

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  9. Hola, yo no quisiera quedar aquí de anti-actividades físicas. Yo también las he realizado durante años (corría 3 días a la semana -6Km- y nadaba 2 días a la semana -2000metros-). También me hinchaba a granos, cereales, pechuguita de pavo campofrío y productos light de toda índole. En fin, fui una víctima más de la estupidez imperante, del "come nuestros productos que son sanos". El deporte es cierto que es saludable con moderación. Pero la dieta es el 80% de la salud (la actividad física es sólo el 20% o menos). Lo importante, sin duda, es la dieta. Y al Doctor Bromatólogo: me encantan los "tochos" científicos, no temas por ellos. Me encantan los blogs con contenido científico. De hecho, los prefiero. Al final del post pones un resumen en cristiano, y todos contentos. Un abrazo.

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  10. Buenos días.

    Creo que no me expliqué bien en mi anterior intervención. Espero que esta vez, lo pueda hacer mejor.

    En mi modesta opinión, la obesidad es un problema "multifactorial" por lo que no existe una sola causa que sea la que ocasione, agrave o incremente las cifras de dicha enfermedad.

    Tampoco existe una única solución a la misma, sino que intervienen distintos aspectos (relacionados o no) que hacen que aumente la obesidad y distintos aspectos que la pueden combatir.

    Por ello, he nombrado el sedentarismo como uno de los factores del incremento de la obesidad (que no el único, ni siquiera el más importante, "pero sí uno más"). ´

    Jesús, desconozco las estadísticas que me nombras, pero cuando hablo de sedentarismo me refiero a los hábitos de vida de las personas (normales y corrientes) no de las que hacen deporte, que no por practicar deporte (una, dos, tres veces por semana) significa que no hacen vida sedentaria ya que, seguro que la mayoría de esas personas que figuran en las estadísticas como no sedentarias por practicar algún deporte, seguro que suben a sus pisos en ascensor, van hasta la puerta de su trabajo en coche...

    Como verás en lo básico estamos todos de acuerdo en considerar los alimentos "industrializados" o "procesados" como los DESENCADENANTES (digámoslo así)de los incrementos en los índices de obesidad, pero no como el único, ni siquiera el más importante, "pero sí uno más".

    Saludos y buen fin de semana.

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  11. Bien, GranKan, si el factor comida industrial "no es el único, ni siquiera el más importante", mójate y señala otros. Puedo estar de acuerdo contigo si me das otros factores más importantes que ése, por qué no iba a estarlo, pero quiero saber cuáles son los otros que tú conoces y yo no (esos factores acaso más importantes que el que yo señalo). Yo me he partido los sesos pensando y sólo veo un factor principal y muy importante (la comida industrial: aceites vegetales, sirope de fructosa, trigo procesado, azúcares, etc.), como te decía, sólo veo un factor principal y protagonista rodeado de otros factores pequeños e insignificantes que no son los verdaderos culpables de todo este asunto, entre otras cosas, porque existían desde antes de la avalancha de comida industrial. Los factoes pequeños y no importantes que veo son: sedentarismo, polución ambiental, tabaquismo, consumo de alcohol, etc. Dime tú qué otros factores son los culpables que me gustaría conocerlos. Soy todo oídos. Un saludo.

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  12. Buenas tardes, Jesús:

    Como dije en mi anterior post, la obesidad es una enfermedad multifactorial y hay muchos factores que la provocan. Para tí, parece estar claro que el principal factor es la comida industrial y para mí, ese factor es "uno más" con mayor o menor importancia pero "uno más".

    Con esto que digo no pretendo entrar en polémica contigo (ni con nadie) y lo que para tí son factores menores o menos importantes, para mí son "otros factores" que influyen en el padecimiento de esa enfermedad.

    Me reitero diciendo que la obesidad es una enfermedad multifactorial que se desarrolla por diversos motivos.

    Quieres que te nombre otros motivos o factores y voy a nombrar unos cuantos más:
    Factores genéticos, factores metabólicos, diversos fármacos como los corticoides, etc.

    En definitiva, me gustaría dejar claro que bajo mi modesto punto de vista, no se puede decir que haya un factor más importante que otro ya que habrá gente que genéticamente sea obesa sin que haya probado la comida industrial, o que padezcan obesidad por problemas metabólicos, o por el consumo de corticoides, etc.

    También conozco personas que se atiborran de comida industrial y están delgados, por lo que no me parece que la comida industrial por sí misma sea una causa de la obesidad.

    Por último me gustaría decirte que estoy de acuerdo contigo en que un abuso o un mal uso de la "comida industrial" es un factor determinante y "probablemente" la principal causa de obesidad (pero no la única). Es lo que se denomina un factor desencadenante que como su propio nombre indica "desencadena" la enfermedad, pero no necesariamente la provoca.

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  13. Deacuerdo contigo Jesús, sedentarismo... por ahí van los tiros.

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  14. Amigo GranKan, no tomes a mal mis palabras. La polémica es sana y necesaria. No me enfado con ella. Escrito todo suena feo y no se ven bien la intenciones. No voy a malas. Entro en harina: La epidemia de obesidad empieza en los 70. Tú dices que hay factores genéticos o metabólicos. En 40 años no hay posible mutación - adaptación genética en ningún organismo, y el humano no es una excepción. O sea, tenemos los mismos genes que nuestros remotos antepasados. Si yo expongo a una población a un veneno, muchos organismos mueren o sufren malformaciones, mientras que otros sobreviven porque genéticamente resisten mejor a ese veneno. En este ejemplo, la culpa de la mortalidad de muchos individuos no es su genética (que no resiste al veneno), la culpa es del veneno. Ahora piensa en la comida industrial. Si hay individuos que comen 12 donuts al día y beben 12 litros de Coca-Cola y engordan mientras que otros individuos no, el responsable aquí de todo este asunto no es la genética, el responsable es el donut (y la Coca-Cola), que son los venenos que están afectando a un gran número de individuos de la población. Lo del tema de corticoides me parece una idea mucho más válida que lo de la genética. ¿Tienes datos, referencias, etc. donde pueda leer algo sobre ese tema de los corticoides? Un abrazo.

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    1. Por cierto, olvidé comentar una cosa. Dices: "habrá gente que genéticamente sea obesa sin que haya probado la comida industrial". No es cierto. La obesidad es una enfermedad exclusiva de los países industrializados. No existe en culturas alejadas de la civilización.

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  15. Buenos días:

    Quisiera que con este post quede claro que, aunque pueda parecer otra cosa, respeto todas las ideas aunque no esté de acuerdo en muchas ocasiones con ellas.

    Con esto quiero decir, que aunque esté de acuerdo con la hipótesis de la influencia de la "comida industrial" como el "acelerador" de la "pandemia" de la obesidad, sin embargo, no estoy de acuerdo en que sea su única causa o siquiera la más importante. Por desgracia, me temo que esto no sea tan fácil, es decir, que si la epidemia de obesidad que se sufre es causa directa del incremento del consumo de la comida basura ("comida industrial"), con no comerla sería suficiente, y sinceramente creo que no es así, que siguen habiendo más factores que la desaten en mayor o menor medida.

    Como veréis, no dispongo de ninguna varita mágica que determine la causa principal de la obesidad ni de otra que diga como evitarla (me haría inmensamente rico) por lo que deduzco que se trata de un problema complejo en el que tanto las causas como las soluciones son múltiples.

    Por otra parte, amigo Jesús (supongo que puedo tratarte como tal aunque no nos conozcamos personalmente), quiero decirte que estoy de acuerdo contigo en que la "comida industrial" o comida que sufre muchos procesos industriales en su elaboración, pueden ser perniciosas para la salud (hablando en términos de obesidad) y puede que tengas razón en que sea la principal causa de esta pandemia de obesidad (o no).

    Saludos.

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  16. Sin querer entrar en polémicas ni ponerme del lado de nadie en particular , me parece bastante cierta la hipótesis de la comida industrial como causa de la obesidad . La forma de comer ha cambiado de forma radical por la vida a la que nos aboga esta sociedad tan estresada . Ya no nos tomamos el tiempo necesario para comprar los alimentos naturales y prepararlos en casa. Ahora comemos muchas veces fuera de casa en restaurantes de comida rapida ,y al llegar a casa recurrimos a alimentos precocinados , que en muchos casos son los más calóricos . El sedentarismo que es negativo sin duda no parece la causa de la epidemia de la obesidad . Acaso no están los gimnasios abarrotados de gente ? No creo que se hiciera más deporte antes del que se hace ahora . El cambio mas significativo es nuestra alimentación , y el poco cuidado que le prestamos a la misma

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